Este vídeo, grabado en el Cementerio de Igualda, fusiona la danza urbana con un espacio lleno de significado y belleza arquitectónica. El cementerio, diseñado por el arquitecto Enric Sagnier y declarado Bien Cultural de Interés Nacional, destaca por sus impresionantes galerías y su paisaje único, que contrastan con la energía y la fuerza de la danza.
Sandal Bo, el bailarín, se mueve solo entre los rincones más bonitos y solemnes del cementerio, usando su cuerpo para expresar las emociones de la soledad, la memoria y la renovación. El espacio, con su calma y su monumentalidad, aporta una dimensión introspectiva al vídeo, y acentúa la narrativa de la danza urbana como forma de liberación y reflexión personal.